Francisco Magallón - FOTOGRAFÍA DE VIAJE

Pul Grande y Atapo:

Chimborazo, él y Tungurahua, ella. De ambos nació el pueblo Puruhá que desde entonces mira a estos dos volcanes como si fueran deidades.

 Piedra, adobe y paja cobijan a un pueblo que, pese a su heroica resistencia ante los incas, hoy con sus condiciones de vida y sus necesidades más básicas insatisfechas, se ve obligado a realizar grandes esfuerzos para sobrevivir. La miseria y la marginalidad lo inundan todo.

 Sus sombreros de paño y ponchos van camino del olvido, de la pobreza y la muerte. Tal vez sea uno de los grupos sociales más afectados en su país por la inequidad social, la desigualdad económica y la exclusión.